La práctica de ejercicio físico puede llevar asociada la aparición de agujetas molestas, incómodas e incluso incapacitantes. Saber tratarlas y no querer acelerar su recuperación son los factores clave para que las agujetas no estén presentes más tiempo de lo necesario. En este artículo vamos a descubrir cómo quitar las agujetas y vamos a aprender más sobre ellas.

¿Qué son las agujetas?
Si bien se conocen como agujetas, su nombre completo es el de dolor muscular de aparición tardía, DMAT, o mialgia diferida. Suelen aparecer unas 12 horas después de acabar una práctica deportiva y, en función de su intensidad, pueden provocar, en su periodo de máximo dolor, hasta 5 días de molestias. Aproximadamente, entre las 24 y 48 horas tras haber finalizado el ejercicio, aparece el dolor paroxístico, es decir, el momento de máxima molestia.

¿Cómo se originan las agujetas?
Tradicionalmente se ha pensado que las agujetas aparecían por la formación de cristales de ácido láctico tras hacer ejercicio. Esta hipótesis ya ha quedado descartada, pero eso no quita que todavía no se sepa realmente cuál es la verdadera causa de las agujetas. En realidad, lo que sí se sabe es que se trata de lesiones en la musculatura. Entre las hipótesis más certeras están las siguientes:
- Microlesiones musculares.
- Proceso inflamatorio derivado de esas lesiones.
- Reacciones químicas provocadas por las lesiones musculares.
¿Qué provoca las agujetas?
Cuando sentimos dolor de agujetas es debido a dos factores. Por un lado, la falta de entrenamiento, y por otro, un sobreesfuerzo. Las agujetas suelen aparecer en personas que realizan un esfuerzo intenso y no están preparadas para ello. Por ejemplo, subir muchas escaleras de forma rápida o cargar un peso excesivo. También pueden aparecer en quienes comienzan un deporte tras un tiempo de inactividad. En ese momento, es normal que quien las sufra solo piense en cómo quitárselas.
¿Cómo quitar las agujetas?
Quizás sea la pregunta a la que siempre hemos buscado respuesta. Sin embargo, por desgracia, no hay muchas formas de acelerar el proceso de desaparición de las agujetas. La mejor recomendación es el reposo, casi siempre obligado por el dolor, o el descanso activo. Alguna sesión de fisioterapia puede ayudar a aliviar los síntomas, pero la solución más adecuada es dejar que la musculatura se recupere.
Si se puede, para que desaparezcan las agujetas, otra opción interesante es el descanso activo. Es decir, realizar ejercicio de menor intensidad para poder recuperar el músculo de una forma más activa y menos pasiva.

La prevención de las agujetas
No cabe duda de que la mejor manera de evitar las agujetas es prevenirlas. ¿Y cómo podemos hacerlo? Pues preparando el cuerpo para la práctica deportiva, ya que resulta más difícil que aparezcan agujetas en cuerpos entrenados. Los ejercicios han de ser continuados y de poca intensidad, puesto que cuando abordamos un entrenamiento intenso hay más probabilidad de que aparezcan las agujetas.
Por lo tanto, complementos como las mancuernas ajustables o una bicicleta estática se perfilan como elementos que ayudan a evitar la aparición de agujetas. Un adecuado entrenamiento, como el full body, evita que se produzcan esas microlesiones musculares. Además, una correcta hidratación también ayuda a que la musculatura no sea tan propensa a la aparición de lesiones.

Sea como sea, la aparición de agujetas siempre es debida a la falta de entrenamiento y al sobreesfuerzo. Prepararse antes de abordar un ejercicio de intensidad ayudará a que las agujetas no aparezcan. Y, en el caso de que las suframos, tenemos que saber dar tiempo al cuerpo para que se recupere. Asimismo, nos puede ayudar también un buen masaje, ambos elementos claves para evitar sus molestias.
